Orígenes de la Probabilidad.


El concepto de probabilidad es muy reciente. En 1654 el noble francés Antonio Gombard, persona muy aficionada al juego, se hizo varias preguntas sobre problemas relacionados con el juego de dados, a partir de su experiencia como asiduo jugador.
Gombard observó que apostar a que al menos aparece un seis doble en una secuencia de 24 tiradas de dos dados, es un juego en el que se pierde ligeramente más que se gana.Gombard no daba crédito a sus resultados, pues pensaba que si sacar un seis doble en una partida se obtiene una vez de 36, en 24 partidas sería 24/36, que es mayor que 1/2.
Para salir de su perplejidad escribió al matemático francés Blaise Pascal (1623-1662) una carta comentándole estas cuestiones. Interesado Pascal en semejantes problemas inició una correspondencia con su colega Pierre de Fermat (1601-1665), tratando de resolver los problemas planteados por Gombard.
La correspondencia entre estos dos grandes matemáticos se considera hoy como el origen de la teoría de la probabilidad.
En 1774, el físico francés Pierre Simón Laplace (1749-1827) enunció la primera definición que se conoce del concepto de probabilidad.
Después de Laplace, el interés por el cálculo de probabilidades fue disminuyendo, llegando prácticamente a desaparecer como disciplina matemática durante el siglo XIX.
El gran número de paradojas y dificultades surgidas a comienzo del siglo XX aconsejaron una profunda revisión del concepto de probabilidad utilizando las herramientas matemáticas más precisas del momento; esto es : la teoría de conjuntos desarrollada principalmente por Emile Borel (1871-1956) y la teoría de la Medida de, debida a Henri Lebesgue (1875-1941).
El matemático ruso Andrei Kolmogorov (1903-1987) construyó una axiomática para el cálculo de probabilidades, cuya idea fundamental fue considerar la íntima relación que existe entre frecuencia relativa de un suceso y su probabilidad, cuando el número de pruebas es muy grande.
M.Anzola y J.Vizmanos - Algoritmo 1.

Orígenes de la Estadística.

Es muy difícil establecer una cronología exacta de los orígenes de la estadística. Parece ser que los datos más antiguos que se conocen son los censos chinos ordenados por el emperador Tao hacia el 2200 AC.

Desde aquellos días hasta el siglo XVII muchos Estados organizaron estudios sobre distintas características de sus poblaciones.

En 1662 un comerciante inglés, llamado John Graunt (1620-1674),
publicó un libro titulado “Natural and Political Observations made upon the Bills of Mortality”. Trata sobre las cifras de nacimientos y defunciones en Londres durante el período de 1604 a 1661, así como las influencias que ejercían las causas naturales, sociales y políticas de dichos acontecimientos.


Graunt entabló amistad con el economista inglés Sir William Petty,
quién publicó un libro de gran difusión y que versaba sobre “la nueva
ciencia de la aritmética política”.

El astrónomo inglés Edmund Halley (1656-1742) también publicó trabajos sobre tablas de natalidad y mortalidad.

Los trabajos de Graunt, Petty y Halley se consideran la base de loa
trabajos posteriores sobre esperanza de vida, tan utilizados hoy por
las compañías de seguros.

La estadística moderna se debe a los ingleses Sir Francis Galton
(1822-1911) y Karl Pearson (1857-1936). A ellos se debe el paso
de la estadística deductiva, estudiada hasta su época, a la estadística
inductiva, que es la que actualmente tiene una mayor influencia en
todos los campos del saber.

M.Anzola y J.Vizmanos – Algoritmo 1.

Reglas de divisibilidad.


Las reglas de divisibilidad son criterios
que se utilizan para determinar si un
número es divisible o no por otro, sin
necesidad de realizar una división entre
ellos.

Un número es divisible por :

2 si su última cifra es cero o un número par.

3 si la suma de sus cifras es divisible por 3.

4 si el número formado por sus dos últimas cifras es divisible por 4
o termina en 2 ceros.

5 si la última cifra es 0 ó 5.

6 si es divisible por 2 y por 3.

7 si la diferencia entre el doble de la cifra de las unidades y el resto
del número es divisible por 7.
8 cuando el número formado por las 3 últimas cifras es múltiplo de
8 ó termina en 3 ceros.

9 si la suma de sus cifras es divisible por 9.

10 si su última cifra es cero.

11 cuando la diferencia, entre la suma de las cifras de lugares pare
y la suma de la cifra de los lugares impares es cero o múltiplo de 11.

12 cuando es divisible por 3 y por 4.

15 si lo es por 3 y por 5.

16 si lo es el número formado por sus últimas 4 cifras.

El infinito.


El matemático alemán Georg Cantor (1845-1918) demostró a finales del siglo XIX que existen varias clases de infinitos y unos, simplemente, son mayores que otros.

Tomemos, por ejemplo, a los así llamados números naturales: 1, 2, 3 y así sucesivamente. Estos números son ilimitados, de modo que el grupo, o conjunto, de todos los números naturales es infinito. ¿Pero cómo de infinito? Cantor empleó un argumento elegante para demostrar que los naturales, aunque infinitamente numerosos, son en realidad menos numerosos que otra familia común de números, los “reales”. (Este conjunto comprende a todos los números que pueden representarse como un decimal, incluso si la representación de ese decimal es infinitamente larga. Por ello, el 27 es un número real, lo mismo que π ; ó 3,141592 ...).

De hecho, Cantor demostró que existen más números reales empaquetados entre el cero y el uno que el rango completo de los números naturales. Logró hacerlo mediante una contradicción lógica o reducción al absurdo: asumió que estos conjuntos infinitos tenían el mismo tamaño, y luego realizó una serie de pasos lógicos para encontrar un defecto que trastocase esta suposición. Razonó que si los naturales y su subconjunto de reales del cero al uno, tuviesen un número igual e infinito de miembros, podría establecerse entre ambos conjuntos una relación de uno a uno. Es decir, que los dos conjuntos se podrían emparejar de modo que cada elemento de un conjunto tendría un – y solamente un – “socio” en el otro conjunto.

Pensad en ello de este modo: incluso en ausencia de un conteo numérico, las correspondencias numéricas de uno a uno pueden emplearse para medir los tamaños relativos. Imaginaos dos cajas, una con manzanas y otra con naranjas. Extrayendo una manzana y una naranja simultáneamente a cada movimiento, si los contenidos de ambas se acaban a la vez, el número de frutas en cada caja es igual; si las frutas de una caja se acaban antes, significa que en la otra caja el número de frutas es mayor.

Por esto, Cantor asumió que los naturales y los reales entre el uno el cero estaban en esta clase de correspondencia. Cada número natural n, tenía por tanto un socio real rn. Luego los reales podían listarse en el orden de su correspondiente natural: r1, r2, r3 y así sucesivamente.
Después Cantor comenzó a mostrar su lado astuto. Creó un número real, llamado p, mediante la siguiente regla: hágase un número ubicado n puestos detrás del punto decimal en p, tal que sea distinto al número en esa misma posición decimal en rn. Un simple método binario sería: elíjase 0 cuando el dígito en cuestión es 1; de otro modo elíjase el 1.

Por razones de demostración, digamos que el número real (r1) emparejado al número natural 1 es la componente decimal de π (0,141592 …), el (r2) emparejado al 2 es la parte decimal del porcentaje de votos recibida por Bush en el 2000 (0,47868…), y el (r3) asociado al 3 es el famoso porcentaje de 400 bateos conseguido por Ted Williams desde 1941 (0,40570…).

Ahora vamos a crear el p siguiendo la regla de construcción de Cantor: el número de la primera posición decimal no debería ser igual al existente en la primera posición decimal de r1, que es 1. De este modo elegimos el 0, y p comienza así 0,0… Luego elegimos el número en la segunda posición decimal de p, que no podrá ser igual al de la segunda posición decimal de r2, que es 7 (elegimos el 1 y p = 0,01…). Finalmente, elegimos el dígito en tercer posición decimal de p de modo que no sea igual a la correspondiente posición decimal de r3, que es 5 (elegimos de nuevo 1; p= 0,011…)

Continuando hacia abajo con la lista, este método matemático (llamado “diagonalización”) genera un número p entre cero y uno, que por su construcción difiere de todos y cada uno de los números reales de la lista en, al menos, una posición decimal. Ergo, no puede pertenecer a la lista.

En otras palabras, p es un número real sin un socio natural – una manzana sin su naranja. Por ello, la correspondencia uno a uno entre los reales y los naturales falla, ya que simplemente hay demasiados reales – “son incontablemente” más numerosos – lo cual hace de algún modo que el infinito de los reales sea mayor que el infinito de los naturales.

“La idea de que algo pudiera ser ‘más grande que el infinito’ supuso realmente un logro”, comenta Stanley Burris, profesor emérito de matemáticas en la Universidad de Waterloo en Ontario. “Teníamos el principio aritmético, pero a nadie se le había ocurrido hacer una clasificación interna del infinito; antes de eso simplemente pensábamos en él como un único objeto”.

Traducido de Strange but True: Infinity Comes in Different Sizes (Scientific American).


El cero.



El cero, es aquel número que representa una cantidad nula. Un concepto bastante paradójico, pero fundamental para el desarrollo de las matemáticas a través de la historia.

El origen del cero como número de dio en la India. Si buscamos a quien inventó el cero la verdad es que no fue una sola persona la que desarrolló este importante concepto, pero debemos considerar a Brahmagupta, un matemático y astrónomo Indio como quien lo utilizo por primera vez tal como lo conocemos hoy en día. Esto ya que la primera mención clara de este número como concepto matemático se dio en su trabajo "Brahmasphuta Siddhanta" en el año 628. En esta obra increíblemente avanzada para la época, el matemático además considera a los números negativos, y las reglas algebraicas para operar con ellos. Entre las diferencias en el uso moderno de estos números, Brahmagupta le asignó cero al resultado de cero dividido por este mismo número.

El cero, aunque no de manera clara y en forma matemática, fue utilizado por las civilizaciones precolombinas en Latinoamérica, para el 40 AC, principalmente por los Mayas, cultura que se extendía desde el sur de México, pasando por Guatemala y llegando hasta Honduras.
Para el año 525 existen pruebas de que el cero fue usado en Roma junto con los numerales romanos, pero como palabra y no como símbolo, para representar el valor nulo o nada. Con el tiempo, para la época de Brahmagupta, el concepto del cero se extendió a China y al mundo islámico.

Los árabes, quienes fueron incrementando los terrenos de sus imperios, al llegar a la India, asimilaron este concepto. Por ende, al cero, que era llamado sunya por los hindúes (que significa nada o vacío), lo llamaron sifr (se dice céfer). Es así, como con la continuidad de sus invasiones, el cero llegó a Europa. De manera posterior, su palabra sifr, derivo al cero primero en la lengua italiana y posteriormente a la lengua castellana.

Por otra parte, algunos dicen que quien inventó el cero realmente, fueron los árabes, 1000 años antes del nacimiento de Cristo, y que estos fueron los primeros en desarrollar los conceptos numéricos desde el 0 hasta el 9. La verdad es que esta teoría no tiene gran sustento y en los libros de historia universal se sitúa el invento del cero en la India.

En cuanto al cero como concepto numérico, este es un número entero, que se sitúa entre el -1 y el 1. Por ende, es un valor nulo de magnitud. Introduciéndonos en las matemáticas, el cero al ser sumado con otro número, actúa como un ente neutro. Si se multiplica con otro número, actúa como un ente absorbente, por ende el resultado siempre será cero. Asimismo, en una división, el cero nunca podrá ser dividido, cualquier sea el número que se utilice. Por ende, frente a cualquier división en la cual se utilice el cero, resultará en cero.

El invento del cero, además de permitir, a través del uso de las matemáticas, el desarrollo de la física y otras ciencias exactas, ha sido fundamental para el funcionamiento interno lógico de los computadores. Se dice que es la creación matemática más importante. Y lo curioso es que en realidad, no es nada.
J.O'Connor y E.F.Robertson

Hotel Infinito.


El Hotel Infinito es una construcción abstracta que interviene en varias metáforas inventadas por el matemático alemán David Hilbert (1862-1943). Esta metáfora explica, de manera simple e intuitiva, hechos paradójicos relacionados con el concepto matemático de infinito.

Marttin Gardner, conocido investigador y divulgador matemático nos propone, que ningún conjunto finito puede ponerse en correspondencia biunívoca con ninguno de sus subconjuntos propios, quiere decir que el todo es mayor que cualquiera de sus partes (lo que nos dicta el sentido común).

Justo lo contrario es lo que demuestra esta paradoja matemática; los conjuntos infinitos se caracterizan precisamente por su correspondencia biunívoca con algunos de sus subconjuntos propios, es decir, el todo no tiene por que ser mayor que cualquiera de sus subconjuntos.

Como decíamos, todo se reduce a un usual problema en hostelería propio de la temporada alta.
Pues sucede que estando todas las habitaciones ocupadas un día llegó el piloto de una nave mercante, solicitando alojamiento al "Hotel del Infinito" . A pesar de no disponer de alojamiento, puesto que el hotel del infinito tenía infinitas habitaciones, lo que hizo el gerente fue trasladar al ocupante de cada habitación a la del número siguiente. Así, la habitación número uno quedó libre para el piloto.

En esa madrugada un grupo de cinco parejas llegó con el obvio transtorno para las operaciones de rutina del hotel. ¿Podría darles alojamiento a esas personas ?. Claro que sí. Puesto que era el "Hotel del Infinito" trasladó a todos sus inquilinos 5 habitaciones, es decir, al de la 1 le realojaron en la 6; de esta manera las cinco parejas a pesar de las molestias quedaron atendidas (ocuparon las habitaciones desde la 1 hasta la 5).

La semana siguiente fue mucho peor. A la hora de almorzar llegó un grupo infinito de representantes de "Bienes Corp" para su congreso anual. En la recepción el revuelo era grande, en el "Hotel del Infinito" podían pretender atender a cualquier grupo finito de clientes, pero ¿cómo dar alojamiento a un grupo infinito de clientes ?

De la aguda mente matemática del gerente surgió la solución. Hizo mudarse a cada inquilino a una habitación de número doble del que tenía (1 al 2 ; 2 al 4 ; 3 al 6 ; y así sucesivamente) de esta manera todos quedaban alojados, los clientes antiguos ocuparon las habitaciones pares y los recién llegados ocuparon las habitaciones impares de aquel hotel, y las impares son infinitas, al igual que las pares.

El conjunto de los números naturales infinitos se coordina con uno de sus subconjuntos propios (las habitaciones impares).

La última maniobra de malabarismo hosteleril del gerente hizo aparecer un número infinito de habitaciones, mostrando como al restar infinitos de infinitos quedan infinitos todavía (argumento que se constituye en indeterminación matemática).

Alberto Rodríguez - Revista Epsilones.

René Descartes.



Filósofo francés (1596-1650), científico y matemático, a veces considerado el fundador de la filosofía moderna. Nacido en La Haye, Touraine (Francia), Descartes era hijo de un miembro de la baja nobleza y pertenecía a una familia que había dado algunos hombres doctos.

A los ocho años le enviaron a la escuela jesuita de La Flèche en Anjou, donde permaneció ocho años. Junto a los típicos estudios clásicos, Descartes recibió enseñanzas de matemáticas y escolasticismo, con el propósito de orientar la razón humana para comprender la doctrina cristiana. El catolicismo ejerció una gran influencia en Descartes a lo largo de toda su vida. Fue quizá durante los primeros años de su residencia en Holanda cuando Descartes escribió su primera obra importante, Ensayos filosóficos, publicada en 1637. La obra se compone de cuatro partes: un ensayo sobre geometría, otro sobre óptica, un tercero sobre meteoros y el último, el Discurso del método, que describía sus especulaciones filosóficas. Éste fue seguido por otros ensayos, entre ellos Meditaciones metafísicas (1641) y Los principios de la filosofía (1644).
Descartes trató de aplicar a la filosofía los procedimientos racionales inductivos de la ciencia, y en concreto de las matemáticas.


Creó el Sistema de representación gráfica que lleva su nombre : Sistema Cartesiano. Es el creador de la geometría analítica. Empleó, como en la actualidad, las primeras letras del abecedario para datos conocidos y las últimas para variables o incógnitas. Estudió las cónicas y curvas algebraicas de orden superior.

Antes de configurar su método, la filosofía había estado dominada por el método escolástico, que se basaba por completo en comparar y contrastar las opiniones de autoridades reconocidas. Rechazando este sistema, Descartes estableció: "En nuestra búsqueda del camino directo a la verdad, no deberíamos ocuparnos de objetos de los que no podamos lograr una certidumbre similar a las de las demostraciones de la aritmética y la geometría". Por esta razón determinó no creer ninguna verdad hasta haber establecido las razones para creerla. El único conocimiento seguro a partir del cual comenzó sus investigaciones lo expresó en la famosa sentencia: Cogito, ergo sum, "Pienso, luego existo". Partiendo del principio de que la clara conciencia del pensamiento prueba su propia existencia, mantuvo la existencia de Dios. Dios, según la filosofía de Descartes, creó dos clases de sustancias que constituyen el todo de la realidad. Una clase era la sustancia pensante, o inteligencia, y la otra la sustancia extensa, o física.

Pitágoras.


Pitágoras ( 582 AC - 507 AC) nació en la ciudad jónica de Samos, y viajó por las tierras donde las matemáticas habían alcanzado las cotas más altas en la época: Egipto, Mesopotamia, y se dice que llegó incluso hasta la India.
Fundó en Crotona (Magna Grecia) una hermandad de tipo filosófico-religioso cuyos seguidores le llegaron a considerar como un dios. Así, Pitágoras se convirtió en un personaje legendario al que se le atribuían todos los descubrimientos de los miembros de la secta.
Es famoso sobre todo por el teorema que lleva su nombre, aunque no fue él quien lo descubrió, pues ya era conocido por los mesopotámicos. Lo que parece ser que sí hizo Pitágoras fue demostrarlo y, lo que es más importante, establecer que la verdad matemática no dependía del magisterio de nadie, sino de la demostración a partir de ciertos axiomas.
Otro hallazgo de Pitágoras fue el descubrimiento de las relaciones numéricas entre los sonidos armónicos, quizá la primera descripción matemática de un hecho físico. Fue tal su éxito que le llevó a considerar sagrados a los números y a tenerlos por los constituyentes básicos del universo ("Todo es número").
La tercera gran contribución de Pitágoras fue, aunque le pesase, el descubrimiento de los números irracionales, no se sabe si a partir de la diagonal del cuadrado (la raíz de 2) o de la diagonal del pentágono (la razón áurea).

Paradojas.



Una paradoja es una declaración en apariencia verdadera que conlleva a una auto-contradicción lógica o a una situación que contradice el sentido común. En palabras simples, una paradoja es lo opuesto a lo que uno considera cierto: es un contrasentido con sentido.
Paradójico es aquello que encierra contradicción, es lo inverosímil, lo absurdo, lo extraño.

Por ejemplo : "Esta frase es falsa". Si la frase es falsa, es falso que "Esta frase es falsa", es decir, la frase es verdadera. Si en cambio la frase es verdadera, es cierto que "Esta frase es falsa", es decir, la frase es falsa.

* El matemático inglés Philip Edward Jourdain (1879-1919), en 1913 propuso la siguiente paradoja: En uno de los lados de una tarjeta se podía leer:
"La oración del otro lado de esta tarjeta es verdadera".
En la otra cara estaba escrito:
"La oración del otro lado de esta tarjeta es falsa".
* Sócrates, filósofo griego (470 AC-399 AC) : " Sólo sé que nada sé ".
* Bertrand Russell, filósofo, matemático y escritor inglés(1872-1970) :"El barbero de un pueblo sólo afeitaba a aquellos que nunca se afeitaban a sí mismos. ¿ Se afeitaba el barbero a sí mismo ?"

Música y matemática.


La relación entre música y matemáticas posiblemente tenga su raíz en el propio órgano que nos permite crear ambas: el cerebro.

Hoy día es posible saber qué partes del cerebro están en funcionamiento cuando un sujeto está realizando una actividad determinada. Aplicando estas técnicas, los investigadores han visto que los músicos expertos y los matemáticos expertos usan los mismos circuitos cerebrales, lo cual no siempre es cierto para los aficionados.

Esto tiene su lógica: los humanos utilizamos, por lo general, el hemisferio cerebral izquierdo para tareas verbales y analíticas, mientras que utilizamos el hemisferio derecho para tareas espaciales y visuales. Es decir, que el primero se encarga del análisis y la fragmentación y el derecho de la síntesis y la unidad.

Pues bien: cuando se es un profano, la música se escucha como un todo, es decir, se escucha con el hemisferio derecho, mientras que cuando se es un profesional la música se descompone en sus partes constituyentes y se escucha con el hemisferio izquierdo.

En cualquier caso, lo que parece cierto es que en toda actividad creativa necesitamos y utilizamos de las habilidades de ambos hemisferios.

Poliedros.

Un poliedro es un cuerpo geométrico limitado por polígonos, llamados caras planas. La intersección de dos caras es una arista. Los puntos de intersección
de tres o más aristas forman un vértice.

Un poliedro es convexo si está situado por completo en uno de los semiespacios definidos por una cualquiera de sus caras.

Si estas caras son polígonos regulares congruentes y en cada vértice concurren un mismo número de ellas, se dice que el poliedro es regular.

Resulta que en el espacio de tres dimensiones sólo existen cinco poliedros regulares : tetraedro, hexaedro (cubo), octaedro, dodecaedro e icosaedro.

Tetraedro : es el poliedro con menor número de caras (4), todas sus caras son triángulos equiláteros congruentes. Para calcular la superficie, basta calcular la superficie de una cara y multiplicar por 4.
Hexaedro : Sus 6 caras son cuadrados, la superficie de cada cara se obtiene multiplicando un lado por sí mismo.
Octaedro : Está compuesto de 8 caras, que son triángulos equiláteros. Se puede considerar como formado por 2 pirámides de base cuadrada y unidas por ellas.
Dodecaedro : Está formado por 12 pentágonos regulares.
Icosaedro : Está compuesto por 20 caras, que son triángulos equiláteros.

Teorema de Euler : en todos los poliedros convexos, regulares o no, existe un relación entre el número de caras c, el número de vértices v y el número de aristas a : " c + v = a + 2 ".

Leonhard Euler, matemático suizo (1707 - 1783).

La cuarta dimensión.


Con un número podemos situar un punto sobre una recta previamente graduada. Para situar un punto sobre un plano necesitaremos dos números, la coordenadas x e y; y tres serán los números que especifiquen la posición de un punto en el espacio. Pero, ¿y si tomamos cuatro números? En tal caso estaríamos hablando de un punto situado en un lugar de ¡cuatro dimensiones! Pero, ¿existe eso?

La invención de la geometría analítica por Descartes permitió expresar los objetos geométricos mediante ecuaciones que relacionan sus coordenadas: así, x = 7 describe un punto en una recta; x + y = 7 una recta en el plano; y x + y + z = 7 un plano en el espacio. ¿Y si hacemos lo mismo con cuatro coordenadas? Siguiendo este proceso parece natural preguntarse si la ecuación x + y + z + t = 7 tiene algún sentido geométrico.

Lo cierto es que, con independencia de su existencia real, la geometría analítica permite estudiar la estructura y propiedades de espacios n-dimensionales, trabajo que emprendieron a mediados del siglo XIX Cayley en Inglaterra y Grassman en Alemania y con el que aumentaron el repertorio de nuevas geometrías que se había abierto con las geometrías no euclídeas. Algo más tarde, el francés Henri Poincaré llegaría a describir un método para visualizar la cuarta dimensión a base de entrenar la intuición mediante proyecciones sucesivas de objetos tridimensionales sobre tres o dos dimensiones.

A principios del siglo XX un actuario de seguros y aficionado a la pintura, Maurice Princet, introduciría el tema de la cuarta dimensión en los cenáculos artísticos parisinos. Fue esta una de las influencias reconocidas por los pintores e intelectuales cubistas, aunque estos otorgaron a la cuarta dimensión cualidades distintas de las otras tres y la consideraron como un lugar casi espiritual desde el que observar la realidad desde varias perspectivas simultáneamente. Dalí, en su Corpus hipercubus, volvería al tema de las cuatro dimensiones, aunque de un modo matemáticamente más riguroso.

La teoría de la Relatividad acabaría provisionalmente con todo esto al considerar el tiempo como la cuarta dimensión, aunque la física de supercuerdas, al plantear un universo de once dimensiones (una temporal y diez espaciales), ha introducido nuevas e interesantes variantes al asunto. De todas formas, hay que señalar que ya en 1919 Theodor Kaluza planteó la posibilidad de que hubiese físicamente más de tres dimensiones espaciales con una versión pentadimensional de de la relatividad general. El hecho de que nosotros solo percibamos tres se debe a que las dimensiones adicionales está curvadas sobre sí mismas, como explicitó Klein al refinar las ideas de Kaluza. Su tamaño: aproximadamente la longitud de Plank.

Alberto Rodríguez - Revista Epsilones

Números romanos.


Numeración romana:

Es un sistema de numeración que usa letras mayúsculas a las que se ha asignado un valor numérico.
Este tipo de numeración debe utilizarse lo menos posible, sobre todo por las dificultades de lectura y escritura que presenta.
Se usa principalmente:
En los números de capítulos y tomos de una obra.
En los actos y escenas de una obra de teatro.
En los nombres de papas, reyes y emperadores.
En la designación de congresos, olimpiadas, asambleas, certámenes...

Reglas:
La numeración romana utiliza siete letras mayúsculas a las que corresponden los siguientes valores:
I = 1 ; V = 5 ; X = 10 ; L = 50 ; C = 100 ; D = 500 ; M= 1000

Ejemplos: XVI = 16 ; LXVI = 66

Si a la derecha de una cifra romana de escribe otra igual o menor, el valor de ésta se suma a la anterior.
Ejemplos: VI = 6 ; XXI = 21 ; LXVII = 67

La cifra "I" colocada delante de la "V" o la "X", les resta una unidad; la "X", precediendo a la "L" o a la "C", les resta diez unidades y la "C", delante de la "D" o la "M", les resta cien unidades.

Ejemplos: IV = 4 ; IX = 9 ; XL = 40 ; XC = 90 ; CD = 400 ; CM = 900

En ningún número se puede poner una misma letra más de tres veces seguidas. En la antigüedad se ve a veces la "I" o la "X" hasta cuatro veces seguidas.

Ejemplos: XIII = 13; XIV = 14; XXXIII = 33; XXXIV = 34
La "V", la "L" y la "D" no pueden duplicarse porque otras letras ("X", "C", "M") representan su valor duplicado.
Ejemplos: X = 10 ; C = 100 ; M = 1.000

Si entre dos cifras cualesquiera existe otra menor, ésta restará su valor a la siguiente.

Ejemplos: XIX = 19 ; LIV = 54 ; CXXIX = 129

El valor de los números romanos queda multiplicado por mil tantas veces como rayas horizontales se coloquen encima de los mismos.

Números primos.


Son números primos los que sólo son divisibles por 1 y por sí
mismos, exceptuando al número 1.

Los números primos son infinitos y el único número primo par es
el 2.

De acuerdo con lo anterior, algunos números primos son :

2 , 3 , 5 , 7 , 11 , 13 , 17 , 19 , 23 , 29 , 31 ,

37 , 41 , 43 , 47 , 53 , 59 , 61 , 67 , 71 , 73 ,

79 , 83 , 89 , 97 , 101 , 103 , 107 , 109 , 113 ,

127 , 131 , 137 , 139 , 149 , 151 , 157 , 163 ,

167 , 173 , 179 , 181 , 191 , 193 , 197 , …

Existen fórmulas para obtener números primos, pero se aplican
solamente en algunos rangos numéricos.

Números amigos.


Dos números son amigos cuando la suma de los divisores propios
de uno de los números (sin considerar al número mismo) es igual
al otro de los números.

Por ejemplo, los números 220 y 284 son amigos :

D = {1, 2, 4, 5, 10, 11, 20, 22, 44, 55, 110 }

S = 1+2+4+5+10+11+20+44+55+110 = 284

D = {1, 2, 4, 71, 142 }

S = 1+2+4+71+142 = 220

También son números amigos los siguientes pares de números :

1184 y 1 210

17 296 y 18 416

9 363 584 y 9 437 056

Se conocen aproximadamente 1 000 pares de números amigos,
pero no hay una fórmula determinada para obtenerlos.